Últimamente la gestión visual se ha puesto de moda.
No dudo de que sea una herramienta realmente potente, pero lamentablemente esta gestión surte efecto sólo cuando es bien utilizada .
En los últimos tiempos me ha tocado ver cómo se desvirtúa el poder de esta arma, en particular cuando se abarrotan paredes enteras con indicadores que nadie sabe leer, y que en su mayoría son irrelevantes.
Les pido a los que estén por utilizar esta herramienta que sean coherentes con el objetivo que la misma persigue, y que no se convierta en un proceso administrativo más al que nadie prestará atención, cuyo único objetivo parecería ser el de desperdiciar horas hombre, papel y tinta; aunque no debo negarlo, a veces quedan muy bonitas las carteleras y las paredes paredes con tanto gráfico.